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viernes, 3 de junio de 2016

No renuncies a tu identidad para gustarle a alguien

No cabe duda que, aún en esta era tecnológica, donde la información abunda, existen muchas personas que creen en los cuentos de hadas, o más sorprendente todavía: tienen sueños idealistas de vivir su propio cuento, esperando encontrar a la 'princesa perfecta' o al 'príncipe azul'.
Puedo decir que esto no tendría nada de malo si todos pensáramos exactamente igual. Pero como bien sabemos que esto no es así, debemos tener en cuenta que muchos hombres y mujeres se valen de las ilusiones de otros y de sus inocentes sueños para salirse con las suyas y satisfacer sus propósitos egoístas.
Ante esta siniestra realidad, son muchos los que renuncian a una parte trascendental de sí mismos con tal de que su pareja no se disguste o incomode y termine dando fin a la relación.
Pero aquí estoy para decirte que NO renuncies a tu identidad.


Nunca debes renunciar a tu identidad e individualidad por amor. Tu mereces amar y ser feliz tal y como eres

No hagas esto si quieres ser feliz contigo y con tu pareja

Probablemente, el caso más extremo de lo quiero presentar sea el de maltrato físico; cuando una persona se niega a denunciar al maltratador porque "lo ama" y piensa "Yo me lo busqué" o "Mi amor puede cambiar toda esta situación". Deciden renunciar a su integridad para no perder a su pareja.
Extrañamente, los seres humanos poseemos una tendencia voluntaria a evitar ocuparnos de asuntos que no nos gustan (pero que son necesarios) o a hacernos los 'desentendidos'. Es una forma de librar nuestra consciencia de cosas que incomodan y/o que resultan difíciles de tratar.
Esta tendencia no es ajena al tema del amor. Piensa en las veces que has dejado que tu identidad se desvanezca para resultarle atractivo o interesante a alguien. Al principio, sacaste a relucir las mejores cualidades de tu personalidad porque son las que te hacen sentir atractivo. Pero, poco después, empiezas a opacarte, a encoger tu personalidad, a jugar el juego del otro: Te vistes como a tu pareja le gusta, van a los lugares que a ella le gustan (pero a ti no), hacen actividades que a ti te aburren, y todo para no poner en peligro la relación. 
O piensa en el típico consejo de tus amigos para tu primera cita cuando te dicen: "Se tú mismo". ¿Realmente te has mostrado tal cual eres? ¿Cuantas veces has dejado de comportarte de cierta manera o de hacer muchas cosas solo porque al otro no le gusta?
¿Ahora entiendes a lo que me refiero?

Mira las cosas más frecuentes que haces por tu pareja como resultado de esta tendencia:
  • Te acomodas forzosamente a su gusto 
  • Le das privilegio a sus deseos, planes, ideas o proyectos
  • Escondes lo más auténtico de tu personalidad; lo que mejor te hace sentir
  • Pones a un lado tus sueños y metas
Entre muchas otras cosas.

Podríamos decir que esta tendencia se origina en nuestro más sincero deseo de agradar. Y es que, ¿a quién no le gusta sentir el interés y la aprobación de alguien que nos importa? o ¿cuán maravillosa es la sensación de reciprocidad que obtenemos cuando somos correspondidos? Son experiencias que consolidan nuestra estima propia y alejan el miedo del rechazo o el abandono. Pero, como ya vimos, en el intento de agradar cometemos muchos errores, y quizá el que más infelicidad nos puede traer es el que ya mencionamos: renunciar a nuestra identidad por agradar al otro.

Cuando abandonas tu identidad y tus sueños por gustarle a otro, solo te haces infeliz a ti mismo/misma

Cuestiona todos tus intentos por agradar

Antes de continuar haciéndote el desentendido respecto a tu felicidad, quiero que cuestiones lo siguiente:
  • ¿Por qué te niegas a ti mismo y sacrificas tu identidad (tus gustos, tus sueños, etc) para agradar al otro?
  • ¿Recibes una recompensa equivalente a los intentos que haces por agradar a tu pareja?
  • ¿Por qué no podría ser él o ella quien desvanezca su identidad para agradarte a ti?
  • ¿Qué sucedería si decides volver a ser tú mismo y retomas todas las cosas que te gusta hacer o aquello que más te agrada de tu personalidad?
  • ¿Te imaginas que cada día sea necesario encoger más y más tu personalidad solo para que tu pareja no se enoje o se incomode?
  • ¿Qué piensan las personas que te quieren y te estiman acerca de esto?
Puedo atreverme a decir que las respuestas a todas esas preguntas reflejan el más sincero y profundo anhelo que tienes para tu vida, entonces ¿Qué te impide traer la felicidad a tu vida?


Una relación es cosa de DOS no de uno

Seguramente, en este punto, no sobra recordarte que una relación es la unión de dos personas que quieren estar juntos porque comparten afinidades sociales, intelectuales, afectivas, éticas y un montón de cosas más. Claro está que en toda relación se mantiene la cosmovisión e idiosincrasia individual, pero eso no significa que uno de los dos tenga prioridad o esté por encima del otro.
Las diferencias presentes en la pareja deben enriquecer su vínculo, sobre todo cuando ambos están dispuestos a compartirlas en forma sana y equilibrada respetando siempre la identidad y la personalidad del otro.
Así que no renuncies por ningún motivo a tu identidad. El amor reconoce y valora la dignidad del otro como un tesoro invaluable.

Cuéntanos en los comentarios ¿a qué cosas has renunciado por una relación?

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