Conoce muy bien a quien vas a amar

Aunque parezca muy obvio, es fundamental que conozcas de forma amplia y concreta a la persona por la que te sientes atraído. La mayor parte de las personas no tiene claro lo que desea ver en su futura pareja ni tampoco lo que busca en una relación. Esperan sentirse atraídos por alguien (generalmente basados en los parámetros de lo que consideran físicamente atractivo) y luego hacen intentos vacíos y al azar para hacerse creer que han acertado. Actuar así conduce inevitablemente al fracaso.

Buscando en el sendero incorrecto

Muchas relaciones terminan mal por que desde el comienzo no se ha hecho una buena elección. Dejarnos guiar por transitorias emociones de fascinación y atracción puede llevarnos a sufrir tropiezos.

Por ese motivo, un proceso de selección inteligente nos puede proporcionar mayores posibilidades de lograr un encuentro satisfactorio que nos conduzca al éxito.

Un error muy grave que se comete con frecuencia es el vincularnos sentimentalmente con alguien a quien no conocemos de manera adecuada. Básicamente, es como vivir con un extraño.

Presionados por la atracción e ignorantes de los importantes principios que se deben seguir para hacer una buena elección, nos entregamos a una relación con alguien de quien poco o casi nada sabemos. No conocemos sus gustos, sus preferencias, sus aspiraciones, sus hábitos, sus creencias, entre muchas otras cosas. Con el paso del tiempo nos damos cuenta que el encanto producido por la dimensión física de nuestra pareja ha pasado. Ahora comienzan a resaltar más los defectos que no quisimos notar al comienzo. Las cosas se agravan cada vez más y más, y finalmente sientes que estás unido a tu peor pesadilla y tu más temible enemigo.

Todo esto puede ser completamente distinto si antes de entregarnos a un relación tomamos el tiempo prudente para conocer a esa persona.

Explorando el terreno

Permíteme preguntarte: ¿Te arrojarías a un río sin conocer su profundidad, o qué clase de criaturas habitan allí? Pues en una relación debe ser del mismo modo. Es crucial que antes de arriesgarte a compartir tu vida con alguien más, le conozcas bien.

La idea de pasar tiempo con esa persona es que puedan irse conociendo más a fondo y así descubrir reacciones en distintos contextos, hábitos, costumbres, habilidades, creencias, y no menos importante, defectos. Esta labor no solo debe realizase en medio de citas, por que lo más seguro es que en medio de la invitación, la otra persona solo deje ver lo mejor de sí. Lo ideal sería que puedas compartir con tu pretendiente en el ámbito hogareño, junto a su familia y también junto a la tuya, en restaurantes, centros comerciales, parques, y más. Todo esto te permitirá profundizar a quien le diriges tus afectos.

No es un trabajo de un par de días

Ten en cuenta que si realmente quieres tener éxito en este paso del proceso, es importante que dediques suficiente tiempo a conocer a la otra persona. No puedes pretender que tras 15 días o un mes de estar compartiendo juntos ya afirmes que lo conoces como a la palma de tu mano. Este trabajo toma tiempo. Me preguntas ¿Cuánto? Mi recomendación es que cómo mínimo dediques 3 meses para hacer una buena labor de 'reconocimiento'.

Así que, si realmente deseas comenzar bien es necesario que conozcas bien a quien quieres amar.